El decreto impulsado por la ministra de Educación, Isabel Celaá, que mantiene la esencia de lo aprobado durante el confinamiento y vuelve a permitir que los alumnos puedan pasar de curso sin límite de suspensos, dejando la repetición como algo excepcional, no ha contado con el consenso de la comunidad educativa y ha provocado la división entre los sindicatos.

Con ello, un alumno de la ESO podría promocionar, excepcionalmente, con más de los tres suspensos que establece como límite la LOMCE mientras que en Bachillerato podrían hacerlo con más de dos quedando la decisión final en manos de «los centros docentes», siempre de acuerdo con lo regulado en su caso por las administraciones educativas», es decir, las comunidades autónomas, que decidirán según la evolución de la pandemia. Asimismo, también podrían obtener el título de Bachillerato con suspendidas si la nota media supera el 5, dice el decreto.

La Confederación de Ampas Gonzalo Anaya ve positiva la medida. «Toda ayuda siempre es buena», indica el presidente en funciones de la organización, Màrius Fullana. «Estamos ante una situación excepcional, pero entendemos que ha de venir acompañada de un refuerzo y una inversión para próximos cursos, para alcanzar los conocimientos básicos que ahora se dejen de dar», asegura, al tiempo que destaca la importancia de la «evaluación continuada».

También favorable se muestra UGT, que defiende que ante una «situación excepcional hay medidas excepcionales» y reivindica que lo importante es que sea el equipo docente el que «pedagógicamente» decida sobre el pase o no de curso del alumnado.

Para la federación de enseñanza de CCOO, que también ve la regla con buenos ojos, el decreto «pone sobre escrito las mismas orientaciones del curso pasado» y que «igual que hay que hacer una adaptación del currículum hay que hacerla de evaluación».

"Falta de respeto a los profesores y los otros alumnos"

En la otra cara de la moneda, una de las voces más críticas es la del sindicato docente Anpe, que pide derogar la normativa en el Congreso. «Es una falta de respeto para los profesores y para el resto de alumnos», recrimina el presidente del colectivo en Castellón, David Beltrán. Considera que estas facilidades para pasar de curso no incentivan al estudiante a esforzarse, ya que saben que «hagan lo que hagan van a promocionar». Además, critica el rol empequeñecido en el queda la labor docente: «Parecerá que estemos en una guardería, ya que nuestra función ahora se va a limitar a vigilar simplemente».

El principal sindicato del profesorado valenciano, Stepv, también se opone al decreto. «Defendemos todo lo que sea adaptar la evaluación a los criterios mínimos, pero creemos que se tendrían que mantener los parámetros habituales de promoción», arguyen, y creen que la anulación de los límites de asignaturas suspendidas supondría «no llegar al mínimo del mínimo» en materias donde ya ha habido una rebaja de los contenidos y su evaluación.

Mientras, desde la Fampa no han querido todavía posicionarse sobre la medida y prefirieron no hacer declaraciones al respecto.

Sensibilización por la situación

La Conselleria de Educación, por su parte, puntualiza que «no es un aprobado general», como muchos critican, y aduce que da continuidad al modelo que imperaba a final del anterior curso, que responde a la «necesidad» de «sensibilizarse» con los estudiantes ante las dificultades de las restricciones por el covid.

Apuntan que la norma evalúa al alumno más allá de una nota. Lo hace, reivindican, de una forma mucho más integral, ya que pondera más el interés y la predisposición de cada estudiante. «Permite evaluar de una forma más sensible y adaptada a la pandemia».