Un éxito. Así se puede resumir la segunda edición del DolçaiNadal, un concierto que, tras debutar el año pasado, tiene visos de quedar como una cita ineludible de la Navidad en Castellón. Y es que el evento logra conjugar todos los elementos de estas fechas y los propios de Castellón.

El sonido más local, más propio, el de la dolçaina y el tabal, interpretado a las mil maravillas por las cuatro collas participantes (Dolçainers i Tabaleters de Castelló, Xaloc, Xarançaina y El Soroll) sirvió ayer de marco para temas navideños... pero no solo. Y toda la recaudación se destina a una causa solidaria, siempre tan en boga en estas fechas.

Este año la recibirá l’Associació d’Esclerosi Múltiple de Castelló (AEMC), que pretende desarrollar una aplicación informática que ayude a comunicarse con más facilidad a quienes padecen esta enfermedad. Con un Palau de la Festa abarrotado (y con la presencia de las reinas de la Magdalena, Estefanía Climent y Berta Montañés), los 3 euros de entrada y la rifa les servirán de ayuda.

En cuanto al concierto, sobre el escenario se pudieron escuchar composiciones como Allarga el pas, de Antoni Lloret; La Lligassa, de Ramon Garcia i Soler; Nit de llamps, de Los Relámpagos; Realenc, de Vicent Muñoz Viñes; Infantesa, con arreglos de Isaac Soria y Rubén Milian o Can not take my eyes off you, de Bob Crewe, pero también popurrís instrumentales de canciones de Nino Bravo, de Abba, de series de dibujos animados e incluso de los antiguos payasos de la tele, que hicieron las delicias de los más pequeños.

Asimismo, entre las apuestas de este año, destacó la participación del barítono castellonense Pedro Quiralte que, tras llenar teatros de todo el mundo, interpretó Volare. Previo al concierto, actuaron la Muixeranga de Castelló y la Associació Dansants del Corpus, entre otros.