Si en algún momento el primer Botànic fue un experimento cuyo engranaje tenía que pulirse, ese momento ha pasado, al menos para los empresarios de Castellón. Las diferentes organizaciones patronales piden al nuevo ejecutivo que esta segunda legislatura sea la de la concreción y en la aplicación de políticas productivas en aspectos, como el apoyo a una FP que vaya en la línea de las necesidades de las compañías, la innovación o el nuevo modelo económico. Asimismo, exigen una rebaja en la presión fiscal.

Tanto la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) como las patronales vinculadas al sector azulejero urgen al nuevo Consell dar más pasos para acompasar las necesidades laborales de las empresas con la formación, sobre todo con los ciclos de FP de carácter técnico. Pese a que ya se produjeron avances en la anterior legislatura, el president Ximo Puig reconoció tácitamente que no son suficientes, pues en su discurso de investidura se comprometió a firmar un acuerdo con los agentes sociales para adaptar los estudios a las necesidades de las empresas y los sectores emergentes.

Lo mismo ocurre con la innovación, pues mientras el presidente de la CEV, Salvador Navarro, pedía que este fuera el mandato en el que se concretara la apuesta por la I+D, Puig propuso el pasado miércoles un gran pacto social para avanzar en este sentido.

Los empresarios exigen al ejecutivo autonómico que no baje la voz por cuestiones clave para el tejido productivo como el Corredor o el nuevo modelo de financiación, que el máximo responsable de la CEV en Castellón, Sebastián Pla, ve «irrenunciable». En este sentido, se espera que «con gobiernos del mismo color sea más fácil acabar con el agravio que sufre la Comunitat.

Por otra parte, empresarios como el presidente de Ascer, Vicente Nomdedeu, o Salvador Navarro (CEV) han pedido recientemente que se bajen los impuestos, en especial el de sucesiones, y que se evite la imposición de nuevas tasas. En este sentido, la entrada de Podem en el ejecutivo es visto AHORA como una amenaza.