Apostando por un modelo de escuela «más ágil» arrancó ayer oficialmente el curso en la Escola d’Art i Superior de Disseny de Castelló (EASD), en un acto en el que el director, Miguel Monar, tras aludir al término mediático de «la modernidad líquida acuñado por el filósofo Zygmunt Bauman», abogó por que «las aulas sean un lugar de reflexión y debate» y animó al «diálogo».

La alcaldesa de Castellón, Amparo Marco, destacó «el papel decisivo que la Escola ha tenido para el desarrollo social, cultural, y económico de Castellón». «Este centro es un edificio de acceso a la educación, a la cultura, a la creatividad, a la diversidad y al conocimiento», dijo, ofreciendo «un apoyo a la educación, que es como mejor se pueden afrontar los grandes problemas de estos tiempos tan convulsos, donde la excelencia exige especialización, pasión por la creatividad conjugada con las nuevas tecnologías, concentración de recursos, sinergias entre organismos y pluralidad en las acciones», agregó.

La inauguración del curso, que contó con amplia representación institucional, incluyó la entrega de los premios Torrecid de Final de Estudios del curso 2016/17 a los alumnos Santiago Sifre, Silvia Collado, Sergio Aparicio, Arturo González, Lucía Rodríguez y José Manuel Ávila. La música, de la mano de José Luis Miralles Bono y la apertura de la exposición de los premios Josep Albert Mestre jalonaron la jornada.