Repasando y recordando aquellos años en que tuve el honor de ejercer como Asesor y Gestor Cultural del Ayuntamiento de Castellón, la comisión de gobierno de dicha institución municipal, acordó nominar como titular de una calle en Castellón el 20 de febrero de 1998, a don José Barberá Cepriá, el popular escritor.

Ya se indicó entonces que el nominado había nacido en Benicàssim el 11 de marzo de 1908 y había fallecido el 3 de enero de 1977, una vida repleta.

BENICÀSSIM. Autor de una producción teatral realista y mágica, en la que el alma de nuestras gentes está retratada con fidelidad y con amor. Y su personalidad como ser humano, adquirió una dimensión insuperable, con su vida repleta de servicios extraordinarios a Castellón, sin renunciar nunca a su inmenso cariño hacia Benicàssim, donde nació y está enterrado.

Cuando el día 17 de enero de 1984, fiesta mayor de San Antonio, fue descubierta e inaugurada la placa que daba nombre a una calle céntrica de Benicàssim, con el rótulo de Josep Barberá, escriptor, algunos vecinos, sobre todo aquellos que no están al tanto de las noticias que aparecen entre los mentideros municipales, tardaron en conocer la identidad del homenajeado. Para muchos vecinos hubiera sido más apropiado rotular la calle como de Pepito Barberá, hombre de bien. Antes, durante y después, los vecinos de Benicàssim conocen la calle como el carrer de Pepito. Resulta inevitable. Y hay en todo ello una carga tremenda de amor, de reconocimiento ciudadano, de proximidad humana en el quehacer de cada día. Las gentes, cuando lo recuerdan y hablan de él, dicen que se trataba de un home tot d’una peça real i afectiu.

Ejercitó como Diputado Provincial, como escritor costumbrista, ganó premios en el Certamen Literario y en Lo Rat Penat. Hijo Predilecto de Benicàssim, es el autor de la magia teatral castellonense de obras como Les trapisondes de Tafolet, Som de la villa y Del meu raval y aquella obra titulada Tres comedies, que también fue premiada por el Ayuntamiento de Valencia en 1968.

CASTELLÓN. A los 18 años vino a vivir a Castellón para trabajar en el Banco de Castellón, en la Puerta del Sol, antes de llamarse Banco de Valencia.

Desde un principio, mostró una profunda religiosidad, en 1930 se afilió a la Federación de los Sindicatos Agrarios y Caja Federal. Tras la guerra civil, volvió a Benicàssim y trabajó un tiempo en la fábrica de Licor Carmelitano dels Frares, alternando como pluriempleo ese trabajo con la Serrería de Bautista el Covero. Pero en 1953 ya volvió a Castellón para abrir en la calle Caballeros la Gestoría Barberá, que siempre dirigió y le marcó. Él era el gestor y propietario de la gestoría.

Estuvo muy integrado en la vida social y cultural de Castellón. Colaboró con nuestro Mediterráneo y con Radio Castellón de la SER, con muy simpáticas acciones con Quiquet de Castalia desde la emisora. Y se integró también en el mundillo teatral a través de sus obras. En la gestoría y en su vida pública siempre contó con la colaboración de su familia, padres e hijos.

Por cierto, cuando la rotulación de su nombre en la calle de Benicàssim, su hijo Pepe, conservador siempre de todo el patrimonio literario del padre, con algunas obras todavía inéditas, me dijo un día con mucha propiedad que en el caso de la rotulación de su calle en Benicàssim, que yo tanto trasiego a menudo cada verano por la proximidad de la frutería de la popularísima Isabel y el establecimiento de comidas preparadas de su hija Elena, que estuve a punto de apadrinar en mi época de Bohío.

Bueno, lo cierto es que su hijo Pepe, me confirmó todo lo que se dijo y publicó de los nombres de pila en la calle, donde toda la familia habían nacido, tanto él como todos sus hijos, a su madre y en verdad toda la familia no les parecía nada bien que se rotulara el nombre como Pepe o Pepito. Aceptaron lo que ya se había resuelto en el Ayuntamiento con el nombre de Josep Barberá.

LOS APÓSTOLES. Además de Diputado Provincial, Gestor y Escritor costumbrista, uno de los orgullos de José Barberá es el de haber pertenecido al grupo de personalidades que habían formado parte de Los Apóstoles, els apostols, de tanto señorío.

Son los que representaban a los apóstoles en la Procesión de Penitentes en la noche del día de la Magdalena. Además de José Barberá formaban parte del grupo, que acababan siempre la fiesta cenando en el Bar Clavé.

Allí estaban el fiscal Fernando Herrero, el abogado Carlos Fabra Andrés, el director de Mediterráneo Jaime Nos Ruiz, el archivero y después alcalde Eduardo Codina, el empresario José Armengot Rocafort, el funcionario Francisco Villalba, el periodista Gonzalo Puerto Mezquita, el funcionario Carlos Murria, el empleado Vicente Tárrega Mor, el pintor Juan Soler Blasco, el abogado Luis Castells, el funcionario Francisco Navarro, el empresario Francisco Fabregat y el funcionario Manolo Sanz Blanco. El gestor administrativo y escritor costumbrista Josep Barberá Cepriá, era uno de los elegidos también, eso le daba prestigio.

En resumen, en este mi homenaje a Josep Barberá, recordaré al hecho de que también el inmenso guitarrista Francisco Tárrega, falleció en Barcelona, pero fue enterrado en Castellón, de donde era su padre. Y Barberá, mi personaje de hoy, falleció en Castellón, pero fue enterrado en Benicàssim, el lugar legendario de donde era oriundos todos los miembros de su familia.