Toni García salió ayer de su casa en Castelló para ir a almorzar al barrio Benadresa sin saber que el 22 de diciembre del 2019 estará marcado para siempre en su historia vital. Es el día que ganó el Gordo de Navidad.

Pasadas las 9.15 horas llegó al bar, donde había quedado con unos amigos, y le comunicaron que había salido el primer premio nada más comenzar el esperado sorteo. El número, el 26.590, no le dijo nada a este castellonense de soca, casado con Herminia Gracia, oriunda de Pena-roja de Tastavins (Teruel). Eso sí, le comentaron que se había vendido en Reus. Toni sabía que tenía un décimo y dos papeletas que procedían de allí sin darle importancia.

Acabó su habitual cita con amistades alrededor de una mesa y un buen plato, y regresó a su domicilio habitual. Justo al entrar al párking recibió la llamada de un amigo. Primero le felicitó las navidades y después fue quien le confirmó que poseía participaciones de la combinación numérica más deseada.

Ganador inesperado

«No me lo podía creer. Estaba en el garaje y no me aclaraba a aparcar el coche de los nervios y tocaba todos los pilares. Subí a casa y me esperaba mi mujer. Ella ya lo sabía. Nos había tocado el Gordo», relata García.

La fortuna sonrió a este matrimonio por sus vínculos con el municipio turolense de la mujer, en la comarca del Matarranya, vecina de Els Ports.

De hecho, una de sus dos hijas, Paula, regenta desde hace casi 15 años la farmacia de la pequeña población, que tiene relación con Vallibona y Morella por lazos entre familias. Fue ella quien se hizo con los trozos de papel de la suerte.

«Vamos regularmente a Pena-roja y tenemos una pandilla de 24 personas. En el puente de la Constitución, uno de los amigos, José, nos trajo, como hace desde hace una década, décimos y las papeletas del centro aragonés El Cachirulo, del que forma parte. Todo el grupo se quedó algo. Yo no estaba y Paula se encargó de que le diera las dos que reservé. Siempre juego lo mismo. Otros se quedaron una, tres y hasta cuatro. La pena fue que no le ofrecieron comprar. Posiblemente mi hija hubiera sido también agraciada», dice García.

Cada boleto que adquirieron tenía una cantidad de cinco euros del 26.590. Por lo tanto, jugaban medio décimo de este número. Traducido al primer premio, supone un botín de 200.000 euros.

Celebración a lo grande

La alegría se apoderó en el hogar de los García-Gracia, que ya tenía prevista una comida con sus hijas, parejas y nietos. Hasta algún vecino se sumó a la celebración. No faltó el cava, turrón y el cántico que repetía lo que gritaron a primera hora las niñas de San Ildefonso, Noura Akrouh y Elisabeth del Carmen Roque: «26590. Cuatro millones de euros».

Herminia aún no es consciente de lo logrado. «Es increíble. No sabemos cómo cambiar las papeletas por el dinero, porque nunca nos había tocado nada. Taparemos agujeros y ayudaremos a nuestras hijas», afirma.

Con todo, ambos afortunados tienen claro que habrá «algún capricho» y una gran fiesta con los compañeros unidos por un pueblo de Aragón. Y desde ayer, por el Gordo de Navidad, con el que han sumado ganancias que superan los dos millones de euros.