Uno de los edificios más representativos de la ciudad de Castelló es sin duda su Planetari. Fue inaugurado el 8 de mayo de 1991 y en su momento se trataba del segundo edificio de estas características a nivel nacional, y el primero en la Comunitat. Después de casi tres décadas desde que se erigiera en el Grau, al comienzo del Paseo Marítimo que se prolonga hasta Benicàssim, atrae a más visitantes que nunca, demostrando que la ciencia es un gran reclamo para niños y no tan niños. “El último año fue uno de los mejores, con más de 40.000 visitantes cuando tuvimos épocas en las que no pasábamos de 25.000”, destaca el director del centro, Jordi Artés.

Enclavado junto al Mediterráneo y destacando por su cúpula blanca de 25 metros de altura sobre el azul del mar, el Planetari ha sobrevivido con éxito a varias reformas. “Entre 1997 y 1998 se tuvo que recubrir la cúpula porque había goteras, creando una de fibra de vidrio que cubriera la anterior. El año pasado hicimos también una remodelación importante porque algunas paredes comenzaban a tener humedades”, recuerda el propio Artés, que ostenta el cargo de director de forma oficial desde el año 2004, pese a que asumió estas funciones ya en el 2000.

Daniel Gozalbo fue el alcalde de Castelló en el momento de la inauguración de este edificio. El primer edil era catedrático de matemáticas y ostentó cargos como el de director provincial del Ministerio de Educación en Castellón desde 1982 a 1986, o director de enseñanza media en la Conselleria de Cultura y Educación de la Generalitat del 87 al 87, lo que permitió que avalara el potencial del Planetari en las labores de divulgación científica que posteriormente ha realizado. “Nosotros diferenciamos dos épocas. En invierno mayoritariamente vienen colegios, pero en verano ya nos visita un público más familiar y de turismo. Este último han pasado por aquí más de 15.000 personas en dos meses de todas las nacionalidades”, confirma Jordi Artés, licenciado en matemáticas en especialidad en astronomía.

Mucho por descubrir

El artista Ripollés donó para la ocasión su gran escultura La hembra del mar, que preside la entrada a la casa de la ciencia. Ya una vez dentro del Planetari, podemos encontrar cuatro salas de exposiciones, una de ellas permanente dedicada a las Islas Columbretes, presente desde 1992, un año después de la inauguración. En el vestíbulo podemos encontrar también el conocido Péndulo de Foucault (imagen inferior). Destacar también la existencia en el edificio de un proyector optomecánico de la marca Carl Zeiss, al que se ha añadido un proyector digital a cúpula completa de RSA Cosmos.

El planetario ha sido sede de las Jornadas de Astronomía y lugar de reunión para observaciones de eventos cósmicos, como eclipses y tránsitos planetarios por delante del astro rey. Sin embargo, pese a las muchas actividades que se organizan de forma periódica, Artés no esconde que quieren “ampliar la oferta dentro de las limitaciones”. En total son ocho los empleados que trabajan en el edificio y el director reconoce que “el Ayuntamiento está apostando fuerte para promover la oferta existente ya no solo para los niños, sino para otros rangos de edad”.

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