El riesgo de que el coronavirus llegue a los centros de detención ha llevado al Gobierno italiano a aprobar salidas anticipadas para aligerar la población carcelaria. Tras la difusión del coronavirus y la prohibición en las cárceles de las visitas, estallaron varios motines que dejaron 11 muertos.

El Gobierno decidió incluir en el último decreto Cura Italia (Cuida Italia) el arresto domiciliario para aquellos reclusos a los que les queden menos de 18 meses para concluir su condena. La disposición establece, además, que para los presos que tienen que cumplir una pena de entre 7 y 18 meses sea posible recurrir al brazalete electrónico. En total serán unos 5.000 o 6.000.

Hasta el momento se han registrado ya decenas de motines en varias cárceles italianas, una situación que no se ha trasladado a España durante la alerta sanitaria.