Ramón Valls, de 22 años, estudia el doble grado de Periodismo y Publicidad en la Jaume I. Durante el primer año de carrera iba y venía de su lugar de residencia, València, pero este será el cuarto año en el mismo apartamento, una finca muy próxima a la zona universitaria.

Ramó n intentó, sin éxito, pagar la mitad durante el confinamiento. «Intentamos costear solo una parte del alquiler, supongo que como la mayoría de alumnos que vive por aquí, porque nadie usó las instalaciones durante el estado de alarma, pero hubo problemas con la casera y desistimos. Además, los antiguos inquilinos ya abandonaron el piso por este tipo de trabas», comenta Ramón. Su particularidad es que la propietaria es dueña de varios inmuebles del edificio y su opinión es compartida por los vecinos, también estudiantes. «Es una posición generalizada, al menos en mi bloque. Primero nos dijeron que sí a un acuerdo para bajar las tasas, luego que no, fue todo un lío. Directamente no tenemos pensado ni volverle a hablar porque ya estamos cansados. Realmente se ha salido con la suya, porque vamos a pagarlo y nos ahorraremos el problema, total, para un año que me queda», relata Ramón.