Las licencias de obras repuntan en la ciudad de Castellón, rozando las 2.000 en el último año (1.987 en concreto), 272 más que en el 2015, según datos facilitados por fuentes municipales. Una tendencia que al alza en los últimos ejercicios, según las mismas fuentes, que ponen de manifiesto una reactivación de la actividad urbanística en la ciudad.

De todas las licencias de obras que otorgó el Ayuntamiento en 2016, la mayoría fueron para obras menores, de reforma. Sumaron 1.864, por las 1.620 del 2015 (244 más). Respecto a nuevas construcciones, se pasó de las 95 del 2015, a las 123 del 2016 (18 más). Son tímidas cifras comparadas con las de años del boom urbanístico, pero que, hoy por hoy, auguran una cierta recuperación de la actividad económica.

Además, desde el consistorio confían en que la aprobación del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) dé la seguridad jurídica necesaria para que esta actividad urbanística se consolide y consiga atraer a nuevos inversores hasta la ciudad.

ORDENANZA // Al margen de las bases que sentará el Plan General, otra de las iniciativas que conseguirá incrementar el número de obras en la capital será la nueva normativa de inspección de edificios con una antigüedad igual o superior a 50 años que se acaba de someter a consulta pública. Según la misma, como ya recogió este periódico, el objetivo es dotar de un marco normativo al deber de conservación que las normas urbanísticas han atribuido a los propietarios de los edificios.

Además, se pretende conseguir el control efectivo del parque de viviendas más antiguas, no solo a nivel de conservación sino también de su adecuación a la normativa de accesibilidad y eficiencia energética. Con esta normativa, también se creará un registro de viviendas para hacer más efectivo el control, y una unidad administrativa y técnica, es decir, medios para conseguir la eficacia y efectividad de la norma.