Marcha atrás. El conseller de Educación, Vicent Marzà, ha revertido la situación de ocho aulas de Infantil, Primaria y Educación Especial de Castellón tras la presión de las AMPA, los centros y los consejos escolares municipales. Marzà, que prevé sacar mañana en el Diari Oficial la resolución definitiva del mapa de aulas conjunto de los centros públicos y concertados, anunció ayer que continuarán con su unidad de 3 años los colegios Blasco Ibáñez de la capital, público, y el concertado Bisbe Pont de Vila-real (ver página 20), que se salvan así del cierre progresivo, tal y como han reivindicado las familias, con la solidaridad de FAPA, ayuntamiento y sindicatos. En el caso del centro castellonense

--el único afectado en Infantil por el borrador del llamado arreglo escolar--, ha habido una intensa campaña por parte de los padres, que se han concentrado ante el centro y hasta en la plaza Mayor. “Existen necesidades específicas de escolarización en este caso”, apelan desde el Consell.

Educación, además, pone en positivo en el documento final la clase de Primaria de la Mediterrània de Orpesa, tras la alegación del centro, y atiende las peticiones de revisión de clases de Primaria en el Santa Quitèria de Almassora, el Cervantes Dualde de Betxí y el Jaume I de Vinaròs, además del aulario de Tales en el centro rural agrupado de Espadà-Millars; y el de Educación Especial Castell Vell de la capital.

En negativo, siguen perdiendo aulas La Consolación de Benicarló, que resta 1 en Infantil; Rosario Pérez de la Vall; Concepción Arenal de Vila-real y San Sebastián de Vinaròs, todos ellos en Primaria.

El conseller apuntó a que “se ha actuado con criterios objetivos de calidad educativa, atención al alumnado y necesidades de escolarización centro a centro y municipio a municipio, y se ha mirado las necesidades compensatorias, como se ha demostrado en el Bisbe Pont de Vila-real, con un 32%, y otras específicas por el barrio o la situación del centro, como en el Blasco Ibáñez”. H