La sostenibilidad es un factor clave para fomentar el crecimiento socioeconómico y en estos momentos de crisis, esta debe entenderse como una fuente de reduccion de costes y aumento de ingresos, por cuya realidad debemos, si hace falta —que la hace— cambiar los hábitos cotidianos. Así, el transporte juega un papel vital en la conciliación medioambiental con la vida en sociedad. Muchas empresas automovilísticas avanzan a pasos agigantados para posicionarse como firmas sostenibles y lanzan vehículos al mercado que ensucian menos la atmósfera que tomarse un café de cápsula o comer con palillos desechables, y a precios muy competitivos, más barato que la gasolina, el diesel o incluso la electricidad.

Desde hace apenas cinco años, el método verde por excelencia utilizado por compañías de automotores era el llamado Gas Licuado del Petróleo (GLP) o autogas (en España), un combustible innovador que sustituía a los ya conocidos y que redujo hasta un 40% el gasto y más de un 70% la huella de carbono.

Así lo ratifica David Pereda, socio de Dual Fuel Solutions de Castellón (compañía que se encarga de transformar estos automóviles para que puedan consumir biopropano), que explica el modus operandi de su elaboración. «Químicamente el carburante puede realizarse o bien mezclando propano y butano, o exclusivamente con propano, que le otorga todavía mayor pureza».

Pero damos un salto hacia la nueva era tecnológica y en este 2020 nos topamos con un nuevo carburante que, según los expertos, llega para quedarse. Se trata del biopropano, una energía alternativa eficiente, limpia, disponible y asequible, que ya es útil y que está preparada para conquistar el mañana. Todos estos atributos la han hecho merecedora de la etiqueta ECO de la Dirección General de Tráfico (DGT), un distintivo oficial que permite a los vehículos propulsados por esta energía circular libremente en cualquiera de los escenarios de contaminación.

Los beneficios de este fuel que hacen que mejore la calidad del aire de las ciudades son muchos, ya que los coches propulsados por él —a diferencia del GLP tradicional se construye a través de residuos orgánicos—, reducen la huella de carbono entre un 80% y un 90% y tumban casi por completo las emisiones NOx y partículas. «El biopropano no perjudica el medio ambiente, es decir, vamos hacia la contaminación cero. Es mucho mas ecológico, y está empezando a comercializarse en este país desde septiembre. Lo tienen ya algunas empresas de transporte comercial», asegura Pereda.

Una empresa pionera Autos Mediterráneo, líderes en el transporte público de Castellón, ya ha puesto en marcha este combustible del futuro, y es la primera en hacerlo, si bien otras empresas de la Comunitat como Autocares Torres disponen ya de vehículos adaptados. Actualmente, la firma cuenta con flotas de automóviles habilitados con biopropano, como los más de 200 camiones de Mercadona, y múltiples autobuses y taxis de la región.

«La vida útil del motor, además de que éste no sufre, se alarga notablemente. Asimismo, se puede usar siempre, es decir, en contraste con los híbridos, que sólo duran un tiempo, tienen autonomía limitada y cuesta cargarlos, con el biopropano vas eco en todo momento (se puede adaptar cualquier vehículo Euro 6).

Es un hecho: Un laboratorio independiente demostró cómo se desinflaba brutalmente la contaminación con este producto», asegura Carlos Cortés, gerente de Dual Fuel Solutions.

En Castellón, según la DGT (a fecha del 2019) circulan 446.934 vehículos. Los expertos lo ratifican: el biopropano es la única alternativa óptima a los combustibles tradicionales, y llegar a los objetivos medioambientales es, y será, un compromiso de cada uno.