La consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, considera que empezar a tramitar la renta de inclusión «en cualquier lugar» que no sean los Servicios Sociales municipales supone «un riesgo equivalente a vacunarse fuera de un centro de salud».

Este nuevo subsidio contempla ayudas que oscilan entre 515,13 a 1.101,86 euros y entró en vigor el pasado lunes 23 de abril, con una previsión de un incremento paulatino de los beneficiarios. Así, si 4.996 castellonenses tenían la renta garantizada de ciudadanía a principios de este año (ayuda a la que esta sustituye) a finales del 2018 se pasarían a 7.634 y en 2020 alcanzaría los 15.879.

Oltra fue preguntada por el hecho de que las sedes del PSPV-PSOE de València se sigan ofreciendo para ayudar a hacer los trámites, cuestión que ya motivó polémica hace unos días por un tuit suyo en el que llamaba ultra al PSPV por esta iniciativa.

Al respecto, Oltra indicó que lo que le preocupa es que «alguien pueda salir perjudicado», porque los posibles beneficiarios son personas que tienen una situación vital a las que «cualquier error puede ser perjudicial». Añadió que esta renta de inclusión es «compleja» y requiere de especialización, para lo que se ha estado formando a los profesionales de los servicios sociales.

Insistió en que un error en el formulario de solicitud del tipo de renta puede suponer «un perjuicio muy grande».

Oltra reiteró que la difusión de la ley que da cobertura a este subsidio es «muy positiva» y es una función propia de todos los partidos políticos, ya que es una norma «muy colectiva» que se aprobó sin ningún voto en contra, pero el trato directo con los posibles beneficiarios se hace en los servicios sociales. El órgano municipal tramita la solicitud, realiza el parte de valoración e intervención, mientras que el pago de la ayuda lo ejecuta la Generalitat.

Un goteo en Castellón

De momento, los ayuntamientos y los trabajadores sociales castellonenses perciben interés en la renta, si bien son cautos y rehúsan dar cifras de los primeros días, si bien todo apunta a un goteo. Por ejemplo, el de Castellón habló de 50 consultas el primer día.

«Esto no es un sistema caritativo ni asistencial, ni de siente un pobre a su mesa», destacó Oltra, quien pidió superar el pasado de colas de reparto de comida y el modelo «insolidario y limpiaconciencias» para pasar a una atención social «profesionalizada».