Los pescadores de Castellón, especialmente los del norte de la provincia, respiraron ayer tranquilos después de que el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicara los periodos de parada temporal para las embarcaciones de arrastre y cerco. Las cofradías temían que, por segundo año consecutivo, la veda en Castellón y el sur de Tarragona se produjera en periodos distintos, lo que impide la correcta renovación de los caladeros y provoca la entrada de barcos de la provincia vecina en aguas de Vinaròs o Peñíscola.

De esta forma, y según el BOE, queda prohibida la pesca, entre la gola sur del río Ebro (lo que incluye los puertos de Sant Carles de la Ràpita y Alcanar) y Almenara durante los meses de julio y agosto. En cambio, en las aguas situadas al norte de estos dos puertos catalanes el parón se adelanta y tendrá lugar en mayo y junio.

El presidente de la Federación de Cofradías de Pesca y patrón mayor de la cofradía de Peñíscola, Miguel Castell, celebra que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación haya atendido sus peticiones y haga coincidir los parones. «En años como el anterior, los barcos del sur de Cataluña accedían a aguas castellonenses durante sus vedas», explica, lo que repercute en la cantidad de pescado que capturan los barcos del norte de la provincia, pues sobre todo la flota de Sant Carles de la Ràpita es muy numerosa comparada con la de Peñíscola o Vinaròs. «Asimismo, para que los caladeros verdaderamente se regeneren, lo lógico es que las zonas que estamos tan cercanas dejemos de trabajar durante la misma época», subraya Castell.

De esta forma, el sector pesquero castellonense pretende prolongar su buena marcha, después de cerrar el 2018 con un incremento de las capturas que Puertos del Estado cifró en un 26,5%.