La huelga de asociados de la Universitat Jaume I pincha, con un seguimiento mínimo. Según fuentes de la Universitat Jaume I (UJI), hasta las 14.30 horas, la habían secundado solo 60 de los 730 docentes de dicha categoría.

El colectivo, que supone el 52% del total de la plantilla, se movilizó ayer para reclamar un reconocimiento de la docencia y la investigación que realizan, una estabilidad en los contratos, que en la actualidad se renuevan cada año; una mejora salarial y lograr una representación proporcional en los órganos de gobierno. Sus nóminas están entre 260 y 530 euros, en 14 mensualidades, que suponen de seis a 12 horas semanales respectivamente, un sueldo que deben complementar con su trabajo fuera del ámbito universitario, según fuentes de la UJI.

Sin embargo, su portavoz, Raül Burriel, explica que «durante los años de crisis, con los recortes y problemas de financiación, se echó mano de forma abusiva de esta figura docente, que no debería superar el 40% del porcentaje total de la plantilla, y que se contrata más barato que un titular, lo que, al final, se ha pervertido». Según Burriel, «el que más cobra percibe unos 500 euros brutos al mes; cinco por hora de trabajo».

No obstante, lo que se lleva un profesor en la privada de la misma categoría es similar (cerca de 500 euros netos por siete horas semanales). El campus del CEU Castellón ayer no hubo paro.

De los 730 asociados de la UJI, 222 tienen su empleo principal en hospitales y centros de salud, 240 en instituciones públicas (institutos, Fiscalía, ayuntamientos), 122 en empresas privadas, 28 son personal de administración en la UJI y 118 son autónomos.

CRÍTICAS // Los convocantes señalaron que «la remuneración debería ser acorde con la labor que realizan, contemplando todas sus funciones y que, ahora, por la indefinición, no se pagan», según el CSIF, que critica que «no se les reconoce la investigación, hacen más horas de trabajo de las reconocidas en su contrato y con una indefinición de funciones».

Burriel admitió la falta de coordinación con los asociados de València (que no hicieron ayer huelga, tras casi un año de reivindicaciones), y criticó que la UJI «no ha atendido al grueso de las reclamaciones».