El Hospital Vithas Nisa Rey don Jaime es el único centro privado de la provincia de Castellón que ofrece la posibilidad de detectar los marcadores neurofisiológicos del Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) -mediante mapeo cerebral, p300- y da la posibilidad de tratamiento no farmacológico de esta patología con neurofeedback. De este modo, neurofisiólogos y neuropediatras aplican las técnicas funcionales propuestas desde la Unidad de Neurofisiología Clínica del Hospital Vithas Nisa Rey Don Jaime que permiten objetivar la enfermedad y su evolución, evitando así la medicación en casos no necesarios o no efectivos. Se estima que uno de cada diez niños sufre este tipo de trastorno.

Origen del TDAH

EL TDAH es un problema principalmente de origen genético y neurológico. Más de la mitad de los casos diagnosticados se deben a en el que existe una alteración en los neurotransmisores o mensajeros de la parte frontal del cerebro. “Esta parte del cerebro, -comenta explica la doctora Andrés, responsable la Unidad de Neurofisiología Clínica del Hospital Vithas Nisa Rey Don Jaime-, es la responsable de inhibir los impulsos automáticos, planificar una acción,y mantener una acción con un objetivo, y reducir las distracciones para enfocar la atención en la parte importante de lo que estamos haciendo. Al no funcionar adecuadamente en niños con TDAH, tiene síntomas de hiperactividad motora, impulsividad, e inatención”.

Síntomas

“Los niños con TDAH ”, explica la Dra. Andrés, “tienen dificultad en mantener la atención durante el trabajo (escolar) o durante una actividad de ocio, y por tanto les resulta difícil completar una tarea. Por otra parte, el exceso de actividad motora se refleja en niños que corren y saltan excesivamente, se mueven mientras están sentados…, y tienen una reducción en la capacidad de autocontrol (son impulsivos), lo que conduce a comportamientos inadecuados. En el último período de la infancia, los síntomas pueden limitarse a una inquietud motora y una sensación interior de desasosiego”.

Los niños con TDAH son emocionalmente más inestables que sus compañeros, ansiosos, inseguros y con repentinos cambios de carácter. El retraso en el diagnóstico de la enfermedad, su valoración imprecisa o el seguimiento sin garantías de una correcta objetivación puede desencadenar importantes problemas académicos y de interacción social, también en el ámbito familiar