El llamado cambio climático está detrás de la disminución de lluvias en el interior de la provincia de Castellón. El causante de este problema es la mano del hombre. Así lo señalan los investigadores que han elaborado un estudio, publicado en la revista científica BioScience, sobre los impactos de este fenómeno en la cuenca mediterránea. El trabajo, que ha sido desarrollado por el Centro de Investigaciones sobre Desertificación, centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universitat de València y la Generalitat valenciana, concluye que las políticas y actuaciones a escala local pueden jugar un papel primordial en la lucha contra el cambio climático en los ecosistemas mediterráneos. El abandono rural, el incremento de la interfaz urbano-forestal y la degradación litoral son procesos clave.

«En el caso de la provincia de Castellón hemos contrastado cómo han disminuido las precipitaciones en la parte más montañosa debido a la reducción de humedales y la vegetación en la franja costera. Con la brisa marina, el vapor de agua de estas zonas sube de altura y produce lluvia en el interior, pero si se urbaniza dicha evaporación no llega», argumenta uno de los autores de este informe científico, el conocido investigador Juli G. Pausas.

El hecho de que no se produzca la subida de agua a la atmósfera provoca otro efecto peligroso, como son las precipitaciones secas, es decir, tormentas que ocasionan incendios y que cada vez también son más frecuentes.

más calor veraniego // «Analizando ampliamente los registros de precipitaciones se pone de manifiesto cómo estas tienden a disminuir durante el verano, mientras las temperaturas van en aumento», explica este experto, quien advierte que son las lluvias de esta época del año las que aportan mayores reservas hídricas.

El informe se centra en la cuenca mediterránea, que abarca el sur de Europa y el norte de África, una zona considerada crítica debido a su biodiversidad, al cambio climático, que ha causado que el calentamiento de la región sea superior al promedio mundial, y a su alta densidad de población. Además, se señala que el Mediterráneo es el mar interior más grande del mundo y, por tanto, sus cambios ambientales y sus alteraciones del ciclo del agua tienen consecuencias que afectan a una buena parte de toda la población mundial.

Las temperaturas van en aumento y en Castellón ha subido 2,4 grados en los últimos 50 años, una cifra superior a la registrada por el conjunto de las principales ciudades españolas, según datos de un estudio del Observatorio de la Sostenibilidad.