El pasado 4 de septiembre, la Conselleria de Sanidad publicó en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV) una resolución por la que se establecen medidas adicionales y complementarias para la prevención y control del covid-19 en el sector agrario. En el documento se encuentran las instrucciones que, adaptadas al entorno particular de los huertos de naranjas, deben seguir los collidors para evitar contagios de coronavirus.

1) Durante la jornada, control de temperatura

Al margen de que si notan algún síntoma como fiebre, tos y dificultad respiratoria los trabajadores no deben acudir a su lugar de trabajo, los jefes de cuadrilla cuentan con un termómetro con el que tomarán la temperatura a los trabajadores ante la más mínima duda de contagio.

2) Grupos burbuja y sin contacto entre cuadrillas

Como es tradicional, el trabajo de recogida lo realizan varias cuadrillas de collidors. Y al igual que ha sucedido con la vuelta a clase, la solución de la Conselleria de Sanidad para evitar contagios ha sido crear grupos burbuja que no tienen contacto entre ellos. Por supuesto, es obligado el uso de mascarilla, que proporcionarán desde las empresas.

3) Distancias de seguridad y gel hidroalcohólico

Pese a todas estas medidas preventivas, se impone también la distancia de seguridad incluso entre los trabajadores del mismo grupo burbuja. Al no poder contar con un espacio en el que lavarse las manos con regularidad, se hará uso de gel hidroalcohólico, que controlan los jefes de cada una de las cuadrillas participantes.

4) Cambios en el modo de recoger la naranja

La tradición en la recogida de la naranja es que se lleva a cabo en parejas, haciendo filas, por lo que un collidor trabaja por la parte izquierda del árbol y el otro por la derecha. El nuevo protocolo marca que habrá un solo recolector por naranjo para poder mantener la distancia de metro y medio. Todo el personal ha recibido, por otra parte, una formación específica para adaptarse.

5) Más costes en el campo y también en el almacén

Las previsiones de la Unió de Llauradors indican que todas estas medidas van a suponer un «sobrecoste» para las empresas citrícolas de Castellón, sobre todo en lo que se refiere al proceso de recogida de la fruta, pero también en los almacenes.