Cultivos y explotaciones agrícolas de la provincia acusan daños a causa de la superpoblación de jabalís y conejos y la incidencia de la sequía, que hace escasear el agua y los pastos. En Almassora, los cerdos salvajes destrozan gomas de goteo en el camí dels Clots y en el camí Fondo obligan a los conductores a frenar in extremis para no colisionar contra ejemplares de gran tamaño, según denuncian los afectados.

En Traiguera, por su parte, rompen las ramas de los almendros, se comen su fruto y también atacan las viñas para devorar la uva, arrasando con todo.

Desde AVA-Asaja alertan de que la magnitud del problema está alcanzando proporciones «cada vez más alarmantes» en el conjunto del sector. Los daños, dicen, llegan a niveles máximos de expansión e incidencia sobre cultivos y explotaciones agrícolas debido a la persistencia de la sequía y a los incendios forestales.

PÉRDIDAS DE 26 MILLONES

Esta clase de siniestros provocan, según estima la Asociación Valenciana de Agricultores, unas pérdidas de 26 millones de euros anuales en la Comunitat y se están viendo especialmente agravados este verano con un déficit de precipitaciones. AVA-Asaja advierte de que prácticamente ninguna producción agrícola se salva de los ataques. Cítricos, frutales, almendros, olivos, viñedos, hortalizas y arroz están expuestos. Igualmente, afectan a las explotaciones ganaderas en tanto esta clase de animales constituye un foco de transmisión de enfermedades como la tuberculosis.

Además de la sequía y el fuego, otras causas que explican la presencia creciente de la fauna salvaje en todas las comarcas son la ausencia de depredadores naturales, el abandono de campos y las limitaciones que afrontan los cazadores a la hora de llevar a cabo su actividad. El presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado, denuncia que «el descontrol de la fauna salvaje es una asignatura pendiente para las administraciones. Estamos ante un problema muy grave que no deja de crecer y al que no se le pone coto».

La asociación exige a la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente que atienda las reivindicaciones de las principales entidades del mundo rural que se manifestaron el pasado 26 de mayo en València y que consensúe con el colectivo un plan especial de control de la fauna.

El secretario general de la Unió de Llauradors i Ramaders, Ramón Mampel, confirma que más de una veintena de municipios castellonenses tienen un serio problema con las plagas de conejos.

«Cuando hay escasez, los animales bajan y arrasan con todo lo que pueden. Es un problema que afecta a casi toda la provincia. Hasta en Els Ports, donde había pastos, el calor y las altas temperaturas han provocado también la presencia de fauna salvaje en los campos. En la Plana y el Maestrat también sucede», incide el representante de la Unió.