Una décima en las notas de la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) es determinante. Y los 2.300 alumnos de Castellón que en menos de diez días, del 4 al 6 de junio, se enfrentarán a los exámenes de selectividad en la Escola de Tecnologia i Ciències de la UJI lo saben. Por eso, una gran mayoría, ocho de cada diez, tienen un plan B o incluso C, para elegir qué carrera harán el curso que viene, un por si acaso las calificaciones no les llegan para entrar en el grado deseado.

Lo dicen los orientadores de los institutos, que tienen en esta época del año más trabajo que nunca, y desde la Unitat de Suport Educatiu (USE) de la Jaume I. Y los preuniversitarios tienen claro, además, que si no les cuadra lo que eligen, siempre pueden cambiar o dejarlo. El 31% lo hace pasado un año en Castellón. También pueden pasarse a una FP, una opción que va entrando, poco a poco, pero en la que pesa la alta y rápida empleabilidad.

«Los estudiantes saben que la nota de acceso va variando de año en año por la oferta y la demanda de plazas, y, por tanto sólo puede ser una referencia, y, aunque se esfuerza por conseguir la media que buscan, se plantean otras opciones, bien matriculándose en varias universidades además de la UJI, o abriendo el abanico de titulaciones, aunque siempre dentro de la misma rama del conocimiento», según Beatriz Bonet, de la USE, que pone el acento en que «hay alumnos que lo tienen clarísimo, otros que se plantean dos o tres cosas, o una rama, sin concretar carrera, y unos pocos que, dependiendo de la nota, harán.

VOCACIÓN

Jesús Sanz, orientador en La Consolación de Castelló, aporta además que «en medio de los exámenes aún de Bachiller, están mareados con lo que quieren hacer, y algunos se imponen mucha presión». Y apunta que «hay que optar por lo vocacional, lo que a uno de gusta; planteándose que el futuro laboral ya llegará, con muchas profesiones que actualmente están en boga y hace 10 años ni existían». Es el caso, por ejemplo, del auge de la Matemática Computacional por las aplicaciones del Big Data, cuya demanda ha ido creciendo sin techo, lo mismo que la nota de acceso, que pasa de un 6,66, en el 2016, al 8,956, en el 2017, y superó la barrera de los 10, con 10,25, en el 2018 -ver tabla-.

ABANDONO

«Hay que elegir bien, para no perder un año, ni dos», señala Sanz. En la UJI, según el informe de la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), uno de cada tres estudiantes de grado se equivocó de carrera, y la dejó, abandonando los estudios o cambiando a otra, con las ciencias (36,8%) y las ingenierías y arquitectura (40,6%) a la cabeza, seguidas de Artes y Humanidades (27,6%).

Bajan la media los de Salud (19,2), una carrera en la que la nota más alta en entrar este curso fue un 13,532 y la de corte, un 12,948. Entre las carreras más buscadas en la universidad pública de Castelló, el top cinco lo conformaron este curso académico 2018/19 Medicina, Maestra de Primaria e Infantil, Enfermería y Psicología, las que tuvieron las lista de espera más largas.