El año comienza con buenas noticias para el puerto de Castellón. El consejo de administración de la Autoridad Portuaria, tal como ha publicado el Boletín Oficial del Estado, ha concedido la ampliación en 16.090 metros cuadrados de la Terminal B de la dársena norte, que gestiona Terminal Polivalente Castellón y está dedicada fundamentalmente a los contenedores (no en vano mueve el 80% del total).

Este es “un primer paso”, como lo califica el presidente de Port-Castelló, Francisco Toledo, en el proceso que él mismo ha emprendido para continuar captando tráficos --sobre todo contenedores-- y que se ha plasmado ya con la rebaja de tasas, que entró en vigor el pasado viernes, por la cual las líneas marítimas que más TEU muevan por el puerto provincial, menos pagarán.

En la decisión también “ha sido fundamental”, la implicación de Maersk, una de las principales compañías navieras del mundo, y propietaria del recinto, dado que se hizo con TCB y esta había comprado la terminal castellonense. De hecho, Toledo se reunió con el vicepresidente de la compañía en Europa y este le trasladó “que quería apostar por TPC”.

Esta apuesta se ha hecho efectiva con los 16.090 m2 que la terminal provincial suma a los 106.000 con que ya contaba y que permitirá descongestionar este espacio portuario. Pero también se plasma con la solicitud que TPC ha hecho ya para ampliar el plazo de concesión, que ahora es de 35 años. Un cambio en la ley permite que la concesión pase a ser de 50 años (con lo que acabaría en el 2054), algo que ya ha solicitado y que está a la espera de que Puertos del Estado arbitre el sistema para aplicarlo en toda España.

También otra de las terminales de PortCastelló (cuenta con cuatro), Noatum, ha solicitado lo mismo, ampliar su concesión al máximo legal de 50 años. H