“A las 3.00 de la madrugada, hora española, mi tía llamó a casa desde Ecuador. A mis padres casi les da algo. No lo podíamos creer. Un terremoto, el más fuerte de los últimos 40 años, devastaba la zona. Pero ellos estaban todos bien, a salvo”. Lo cuenta Israel López Vallejo, estudiante de Ingeniería Informática de la UJI, nacido en Guayaquil, cuyos padres emigraron ya hace más de una década a Castellón, y con una extensa familia en su país.

“Vivimos una noche con el susto en el cuerpo, con las comunicaciones que iban y venía, pendientes de internet, de la televisión y de los teléfonos, pero finalmente nos dijeron que toda nuestra familia y vecinos estaban sanos y salvos. Eran las 7.00 cuando empezamos a respirar”, explicó. H