La nueva revisión catastral solicitada por el Ayuntamiento de Castelló a la Gerencia Territorial del Catastro para el año 2020, y aprobada recientemente por el Consejo de Ministros, implica un descenso acumulado del 18% de los valores catastrales de los inmuebles urbanos desde el 2017. Se trata de la tercera revisión consecutiva que pide la alcaldesa, Amparo Marco, para atenuar el impacto de la contribución urbana en la ciudadanía, puesto que el importe del valor catastral repercute en la factura final del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI).

La alcaldesa explicó que, con esta petición, el Gobierno municipal busca compensar el efecto de la ponencia de valores aprobada en el 2012, en pleno boom inmobiliario, que fijó unos altos precios fiscales para la vivienda. «Una medida que demuestra la sensibilidad de esta corporación con la realidad económica de las familias castellonenses», indicó. Asimismo, Marco apuntó que Castelló es una de las tres únicas capitales de provincia donde bajará el impuesto en el 2020.

Por su parte, el concejal de Hacienda, David Donate, señaló que el valor catastral «no solo afecta al importe que tenemos que pagar en el recibo del IBI, sino también a impuestos de carácter nacional y autonómico, como el IRPF, las plusvalías, las transmisiones patrimoniales y las sucesiones». En total, el consistorio ha estimado que, gracias a esta nueva reducción para el año 2020, «dos millones de euros se quedarán este año en los bolsillos de los y las castellonenses».

PROCESO // La primera revisión catastral se solicitó en el 2017 --una vez pasados los cinco años que exige la legislación desde que se realizó la última ponencia de valores-- tras la solicitud previa municipal, un requisito necesario en la legislación para que se pueda aprobar una actualización de los valores catastrales.

Para el año 2020 se aplicará un coeficiente de actualización del 0,97, lo que implicará en la práctica una bajada del 3% del valor catastral del inmueble con respecto al 2019 y de un 18% con respecto al 2017.

Esta actualización supone una modificación de la valoración del inmueble, la base sobre la que se aplica el gravamen para el pago del IBI y que, en el caso concreto de Castelló, «también se ha rebajado en los últimos años», según explicó el concejal.

Así, para el ejercicio del 2015 se fijó un gravamen del 0,7875%; en el 2017 se bajó al 0,7475%; y en el 2018, al 0,69%.