Las asociaciones de víctimas de la provincia piden la colocación de más pulseras antimaltrato a agresores, un dispositivo que consideran «más eficaz» que las «órdenes de alejamiento» o la «vigilancia policial». «Con el control telemático de una pulsera no se limita la libertad de una persona, sino que se salva la vida de otra», dice Félix López, presidente de Afavir y padre de la castellonense Rocío López, asesinada a manos de su pareja hace ahora una década. Los familiares ven «insignificante» que solo el 2,7% de los maltratadores vigilados en el último año en Castellón lleven este aparato, como avanzó ayer este diario en base a los últimos datos del Ministerio de Presidencia. «Los protocolos y protecciones actuales no son efectivos y se ha demostrado en el caso del doble parricidio, el asesinato del Grao o del de Andrea Carballo», sostiene López, que pide valoraciones de riesgo «más certeras» y «más policías y guardias civiles» para combatir una lacra que está «sobrepasando» a la sociedad.

En la misma línea se pronuncia la Asociación Andrea Carballo. «Si alguien tiene que huir y estar vigilado por la amenaza de su maltratador, tampoco vive en libertad. La protección está fallando y hay que poner más pulseras a los agresores, que son a los que se debe vigilar de cerca», apunta Karmen Risueño, la presidenta de dicha entidad.