Nerea Dols y su marido, Diego, siempre habían querido vivir una temporada en el extranjero, pero nunca se animaban a hacer realidad su sueño. Todo cambió en el mes de junio del 2016, cuando "a Diego le propusieron trasladarse durante un año y medio a Neuquén (Argentina) para trabajar, y sin pensarlo aceptamos y nos vinimos”, reconoce la castellonense. “En esa época yo estaba trabajando como administrativa en Castelló, pero lo dejé todo para venirme con él a la Patagonia”, añade. Ahora, “en junio hará tres años que nos vinimos a vivir a Neuquén”.

Reconoce esta castellonense por el mundo que “la gente en esta zona, donde comienza la Patagonia, es muy abierta, cálida y nos ha ayudado mucho a integrarnos”. Además, “son muy familiares y sin apenas conocerte te abren las puertas de su casa. Esto en Castellón o España no pasa”.

También señala Nerea que una de las principales diferencias que se encontraron fue el clima, que “aunque es muy parecido al de ahí, sí que es verdad que hace mucho viento, ya que se encuentra en pleno desierto patagónico”. Otra diferencia que destaca con respecto a su tierra natal, pero de manera positiva es la vida social que disfruta, “ya que aquí el ocio empieza a las 19.00 horas, que es cuando termina la jornada laboral en las oficinas. De esta manera todos podemos disfrutar de un rato juntos en familia”.

Asimismo, Nerea Dols destaca que “no puedes tomarte una cerveza como en Castellón, sino que aquí si pides una cerveza siempre tiene que ir acompañado de una comida”. Además, “se consume mucha más grasa, aunque parece que ahora la gente empieza a comer más sano”, y también “se come mucho dulce, uno de los pasteles más típicos son las ‘facturas’, que es una especie de hojaldre”.

Aunque “cada seis meses, la empresa le da 15 días de vacaciones y ellos se hacen cargo de los gastos del traslado hasta Castellón”, es inevitable para esta familia castellonense no echar de menos “a la familia, a los seres queridos y, sobre todo, a las fiestas de la Magdalena, ya que estábamos bastante vinculados a esa fiesta”. Pero, aún así, “a día de hoy no nos plateamos volver, es más, tras finalizar el contrato pedimos a la empresa quedarnos más tiempo aquí ya que encontramos amistades que nos acogieron muy bien”. “Nuestros amigos todos son argentinos e incluso los padrinos de nuestro hijo, de siete meses, son de aquí”.

Por último, nuestra castellonense nos da unas recomendaciones para los interesados en acudir a una provincia que sirve de puerta de entrada para la Patagonia argentina: “Neuquén nos da libertad a la hora de movernos, es una ciudad grande y con contrastes. Por un lado te puedes encontrar con el casco urbano y a pocos metros estás en plena naturaleza”. Además, “tenéis que ir a la Patagonia y visitar la Cordillera de los Andes y la Ruta de los Siete Lagos”.

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