Tras varios meses deshojando la margarita del adelanto electoral, el president de la Generalitat, Ximo Puig, anunció ayer su decisión de avanzar los comicios autonómicos al 28 de abril y de hacerlos coincidir con las elecciones generales convocadas hace apenas dos semanas por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El jefe del Consell justificó su postura, que contó con la oposición directa de la vicepresidenta Mónica Oltra y el resto de los consellers de Compromís, al considerar que la Comunitat se convierte así en una «autonomía de primera» y se «visibiliza» con un calendario electoral propio.

Puig dio a conocer el avance tras una intensa jornada en la que primero se reunió con Oltra, y ya por la tarde con todo su gobierno, al que trasladó que la Comunitat tenía una «oportunidad» para plantear y hacer visibles los problemas valencianos en el conjunto del debate político nacional. Antes de su intervención pública, el president comunicó su decisión de disolver Les Corts a Mónica Oltra, al presidente de la cámara autonómica, Enric Morera, y a Pedro Sánchez.

UN AÑO DE DEBATE PÚBLICO // El jefe del Consell hizo valer la prerrogativa del Estatut que le permite adelantar la cita con las urnas justo un año después de introducir por primera vez esta posibilidad en el debate político en un corrillo con periodistas; una opción de importancia estratégica para el PSPV. Aseguró que su decisión rompe con una «inercia» en materia de calendario electoral que «hasta ahora no nos ha beneficiado» porque a su entender el llamado «problema valenciano aún no está solucionado» y «en muchos aspectos continuamos siendo invisibles».

Además, incidió en que su postura se explica no solo por ver cumplida la «vieja reivindicación de todos los valencianistas y progresistas de visibilizar la autonomía política» sino que también es «muy oportuna en un contexto en el que los partidos radicalizados» apuestan por «debilitar el estado de las autonomías e incluso destruirlo». Frente a ello, Puig exhibió una «vía valenciana» que caracterizó como una apuesta por «el diálogo, la honestidad y el respeto al resto de España». El president confía en que la alta participación que se espera para las elecciones generales debido a la enorme polarización sirva, también en la Comunitat, para detener al «virus del populismo».

POTESTAD DEL JEFE DEL CONSELL // «Hoy es el día». Con estas palabras comenzaba la jornada un Puig que el domingo reunió a su equipo de confianza en el Palau de la Generalitat para ultimar la decisión de adelantar las elecciones, una potestad que hasta ahora no había utilizada pese a que la reforma del Estatut del 2006 ya otorgaba esa competencia al jefe del Consell. El avance no sentó nada bien en sus socios del Pacte del Botànic, pues ni Podem ni Compromís lo comparten.

La coalición nacionalista, que forma parte del ejecutivo, optó por escenificar esa discrepancia y la vicepresidenta Oltra compareció minutos después de que lo hiciera Puig arropada por los cinco consellers de la formación. En esa intervención Oltra, que repetirá como candidata a la presidencia de la Generalitat el 28-A, aseguró que la de ayer fue la «única decisión» que el Botànic no ha tomado por unanimidad en los cuatro años de legislatura.

El president, que reconoció que en la reunión del Consell hubo «discrepancias», defendió que finalmente había optado por hacer valer su voto de calidad haciendo ejercicio de sus «responsabilidades». Eso sí, como también hizo una Oltra que dijo quedarse con el trabajo realizado a lo largo de la legislatura, Puig defendió que el Botànic es «una historia de éxito» y apostó por «seguir avanzando desde una alternativa progresista» después de los comicios. De hecho, y preguntado por un hipotético acuerdo de PSPV y Ciudadanos en la Comunitat, respondió que el líder de esa formación, Albert Ribera, «ha explicitado claramente» que esa combinación no es posible.

Puig, el primero que convoca elecciones anticipadas en la historia del autogobierno, afirmó que es «indiscutible» que la Comunitat está «mejor que hace cuatro años», y realizó un primer balance de legislatura en el que destacó el fin del copago sanitario o la gratuidad de los libros de texto. Y planteó el 28-A como una disyuntiva entre «seguir mirando hacia adelante» y profundizar en el objetivo de «no dejar a ningún valenciano al margen» o «volver la vista atrás a un pasado del que queremos huir».

respaldo de ferraz // Desde su partido, Puig solo recogió apoyos, olvidadas disensiones de otros tiempos. El PSOE no puso, de hecho, ninguna objeción al adelanto. Su vicesecretaria general, Adriana Lastra, aseguró que tiene el apoyo de la dirección federal y auguró «excelentes resultados» a los socialistas valencianos. Horas antes, el ministro de Fomento y hombre fuerte de Sánchez en la Comunitat, José Luis Ábalos, también había dado su beneplácito al avance. En casa, en Castellón, el líder provincial del PSPV, Ernest Blanch, y la alcaldesa de la capital y candidata a repetir en el cargo, Amparo Marco, respaldaron igualmente al también secretario general del PSPV.