El alcalde, José Benlloch, habla del estado de la ciudad e invita a unas fiestas “muy populares”.

- ¿Cómo llega la ciudad a estas fiestas que marcan el inicio de un curso que acabará con las elecciones?

Estamos en unas condiciones mucho más favorables que hace unos años pese a las dificultades económicas derivadas de la gestión de 16 años del PP. Nosotros gestionamos con responsabilidad y prudencia para tener un Ayuntamiento saneado y aprovechar las oportunidades que lleguen. El modelo de ciudad que estamos impulsando da sus frutos y espero poder gestionarlos. Las elecciones las afronto con tranquilidad porque hemos explicado la realidad a los vecinos y confío que entiendan las dificultades que encontramos.

SEnD Comentó en la presentación del programa cambios en la ordenanza y más sanciones para comportamientos incívicos.

Hace meses activamos el plan Vila-real + neta con dos premisas: limpiar más y ensuciar menos. En este sentido, la normativa recogerá reconocimientos y premios así como sanciones económicas y en derechos. Si una peña recibe varios apercibimientos, muchas veces por falta de limpieza, les retiraremos la licencia de casal. Es algo que estudiaremos y debatiremos con la oposición y los entes festivos. El estado de algunas calles es intolerable.

--¿Qué actos espera con más ilusión?

Por mi carácter creyente me enorgullece presidir, junto a la reina, la comitiva que recibe a la Mare de Déu, se me ponen los pelos de punta al igual que cuando encendemos la hoguera de sant Pasqual. Y con nervios por el ball de plaça, en el que nos ayuda El Raval. Bailaré como hace unos años y, además, me estoy elaborando un traje tradicional propio porque me hacía ilusión.

--Un mensaje de invitación...

La gente siempre es bienvenida a Vila-real. Las fiestas se pagan con impuestos municipales por lo que, si un acto está en el programa, debe estar abierto a cualquier persona. Son fiestas realmente populares que hay que vivir en paz y con respeto. Quiero dar las gracias a todos los que las hacen posible y, en especial, a los voluntarios que dedican horas de madrugada a ayudar a mujeres que lo necesiten en el Punt Violeta. Tolerancia 0 con la violencia machista.