Uno de los elementos más conocidos del Sexenni son los tapices de papel de seda que decoran las calles. Los ornamentos se colocan por aquellas que transita la peana de la Mare de Déu durante la procesión, que son por las que desfilan los retaules durante los nueve días de celebración.

La tradición de adornar la localidad para la llegada de la Virgen está documentada desde las primeras ediciones del Sexenni. Al principio se hacía con flores naturales. No obstante, con el tiempo, los decorados comenzaron a realizarse en papel, creando auténticas obras de arte.

Los vecinos de cada calle organizan y escogen una temática, y durante todo el año trabajan en los ornamentos. La técnica tradicional y la más respetada por los morellanos sigue siendo la de los tapices de papel, que consiste en doblar, cortar y rizar este material, para finalmente tapizar, una acción que sigue siendo un ritual, casi místico, para los vecinos de Morella. Asimismo, en los últimos años se incorporan nuevos elementos como figuras con volumen hechas con porexpan, cartón piedra, impresiones digitales de grandes dimensiones, etc. Otro de los avances en la decoración es la iluminación y los efectos de sonido, que consiguen que el espectador se traslade al interior de la temática. La localidad se convierte en un museo de tapices de colores, en el que adentrarse en cada calle se convierte en una experiencia sensorial.