Para la alcaldesa de les Alqueries, Esther Lara, las fiestas en honor a la Virgen del Niño Perdido «son siempre una oportunidad para detenerse en el reencuentro y la alegría compartida. Los festejos quedan vinculados a las raíces más profundas, trascendentes y valiosas de un pueblo que se vuelca con estas celebraciones» y al que quiere «agradecer su implicación». No obstante, la munícipe hace un llamamiento al civismo, el respeto, la educación y la buena convivencia entre todos, para poder disfrutar y guardar un buen recuerdo. Asimismo, señala: «Desde el Ayuntamiento hemos trabajado mucho para hacer las mejores fiestas, dentro de nuestras posibilidades, y esperamos que gusten a todo el mundo. Quiero agradecer también la labor desinteresada de mucha gente para que las celebraciones sean una realidad, desde los funcionarios hasta los voluntarios de las peñas y asociaciones».