En la vida de los clubs y las personas hay momentos que, con la perspectiva del tiempo, se atisban cruciales. El Castellón vivió una encrucijada a final de la temporada 2009/10, con el actual técnico de su próximo rival, el Leganés, como principal protagonista. Contra lo anunciado en los meses anteriores, el club se decantó por prescindir de Asier Garitano en una decisión controvertida en su momento. El sábado, casi once años después de aquello, se vuelven a encontrar tras haber seguido caminos opuestos. Garitano rehizo su carrera y se instaló en la élite como entrenador mientras el Castellón penaba una travesía durísima por el infrafútbol.

Toda historia necesita su contexto. El contexto del Castellón de la temporada 2009/10 habla de un club que empezaba a evidenciar los problemas que casi lo abocan a la desaparición. Después del desguace de la plantilla en 2009, el equipo se pasó toda la temporada en la zona baja de la tabla de Segunda. Pronto se asumió como inevitable el descenso. Garitano fue aquel año segundo entrenador de David Amaral, primero, y de su sustituto, Tintín Márquez, después. A falta de once jornadas para la conclusión del campeonato, el club anunció que Garitano tomaba las riendas del equipo con vistas a continuar también, la siguiente temporada.

transición // Durante esas semanas, Garitano trató de acabar la temporada con dignidad, pero sobre todo preparó al Castellón para lo que estaba por venir. Encaminó el proyecto en la transición hacia la Segunda B. Abrió la puerta del primer equipo a varios jugadores del filial y del juvenil. Subió a Jordi Marenyà, que participó en todos esos partidos, e hizo debutar a futbolistas como Marc Trilles o Marc Cosme. Aumentó el protagonismo de otros como Toño García o Aarón Torlá, sobre los que el club pretendía apoyarse en la categoría de bronce. De sus seis primeros partidos solo perdió uno, con un par de curiosidades. Ganó, con nueve jugadores, al Celta de Iago Aspas, y empató, acabando con ocho, con la Real Sociedad de Griezmann.

Pese a ello, el descenso era asunto cantado. Se consumó a cuatro jornadas para el final, en Soria. Días después del partido del ascenso del Levante, el propio entrenador explicó que no continuaría en el Castellón en Segunda B. El relevo se produjo por decisión del consejo de administración, por encima del veredicto de la dirección deportiva. El Castellón, sin mucha explicación, dijo que buscaba un técnico «joven y con proyección». Al final contrató a Jordi Vinyals, luego a Juan Casuco, y al poco descendió por impagos a Tercera, en 2011. No volvió a Segunda hasta este mismo verano. Garitano, por su parte, subió al Leganés de Segunda B a Primera, y dirigió también a Alavés y Real Sociedad en la máxima categoría. Ahora ha vuelto a Leganés, donde lleva cinco triunfos en seis partidos y ya espera la visita albinegra.