El Ayuntamiento de Almassora y la Unión Europea, a través de los fondos Feder, garantizarán la accesibilidad universal de la Vila con la reforma que saldrá a licitación este mes por 487.793,07 euros (IVA incluido). Así figura en el proyecto de peatonalización de la calle San Joaquín y la plaza de la Iglesia, que pondrá en valor los edificios catalogados y la historia del casco antiguo. Las obras tienen un plazo de ejecución de cuatro meses y medio, y afectan a 2.289,30 metros cuadrados.

Los técnicos han diseñado un único nivel, tanto en la calle como en la plaza, para eliminar las barreras arquitectónicas que suponen los bordillos actuales. La recogida de las aguas superficiales está prevista en el centro de la calle. El pavimento de piedra eliminará las líneas longitudinales para marcar el aspecto peatonal y dar amplitud a la calle.

De hecho, este código de pavimentado será válido para todo el recinto con la pretensión de destacar datos que la población desconoce, tales como cuáles son los edificios catalogados de la Vila, los dotacionales y aquellos con interés arqueológico. Además, el nombre La Vila quedará incrustado en el acceso desde el Raval con un cambio de pavimento para poner en valor el casco antiguo.

No obstante, el principal objetivo de la intervención pasa por garantizar la accesibilidad de cualquier persona, con independencia de sus condiciones físicas en un barrio donde principalmente residen personas mayores que tienen dificultades para transitar por la altura de los bordillos. Además, la plaza, que se iluminará junto a la fachada de la iglesia para resaltar el nivel de iluminación respecto a la calle, incorporará dos zonas verdes con bancos y arbolado para fomentar espacios de reunión.

Los materiales, consensuados con la Conselleria de Patrimonio, tienen como objetivo respetar la imagen homogénea del barrio, evitar deslizamientos y caídas y, además, compatibilizar usos como la celebración de fiestas. Todo ello en un entorno que reordenará el entramado viario a una única altura y mejorará canalizaciones.

El tramo afectado y las características especiales del barrio, con calles estrechas a las que acceder con la maquinaria de obra, obligan a multiplicar la atención de la dirección de obra para que el resultado sea óptimo.