La alcaldesa de la Vall d’Uixó, Tania Baños, fue clara ayer al calificar de «inadmisible» que el centro de salud del Carbonaire «lleve más de seis meses cerrado», desde que el 31 de enero pasado se ordenara su desalojo al detectarse una gran grieta en la fachada lateral que, aunque no afectaba a la estructura del inmueble, sí que ha obligado a realizar un proyecto para reponer todo el revestimiento de su exterior.

Como avanzó Mediterráneo, desde la Conselleria de Sanidad solo se concretó que el citado programa está redactado y se trabaja en avanzar los trámites administrativos para que las obras empiecen a ejecutarse «en el menor tiempo posible», aseguraron.

Esta precisión no es suficiente para Baños, como ponen de manifiesto sus declaraciones de ayer. En ellas dice: «Confío en que la semana que viene la Conselleria dé una fecha de inicio», sobre todo atendiendo a que, como ella misma confirmó, «hace dos días, Sanidad nos pidió licencia de obras para ampliar el centro de salud 1», una actuación que no será posible hasta que los servicios del Carbonaire vuelvan a prestarse en el edificio restaurado. Y es así porque la intervención en Octavi Ten hace imprescindible que se vacíen las antiguas instalaciones del INSS, donde se trasladaron durante febrero la mayor parte de las consultas del Carbonaire.

A pesar de su malestar por el mantenimiento durante tantos meses de una situación que desde el primer día todos calificaron de urgente, la alcaldesa afeó el posicionamiento del Partido Popular local al respecto, exigiendo la ejecución de los dos proyectos sanitarios pendientes en la ciudad. Baños tildó de «lamentable» que «tengamos que escuchar lecciones de quienes engañaron a los vecinos de la Vall prometiendo un hospital ficticio para ganar las elecciones». En contrapunto, defendió que tanto la reforma en Carbonaire como la ampliación en Octavi Ten «serán una realidad», aunque se retrasen.