El Ayuntamiento de Betxí recolocó ayer en el interior del cementerio la cruz que había en el Calvario, una vez restaurada, lo que evidencia que «su retirada el pasado febrero no se debió a causas ideológicas», como apuntó ayer el alcalde en funciones, Alfred Remolar. Y afirmó que cumple la promesa que hizo cuando, por motivos de seguridad, tuvieron que desmontar el símbolo ante «el deterioro evidente del monumento», según indicaba un informe del técnico municipal.

El monolito estaba situado en la puerta del Calvario, en medio de la vía pública y, según indicaron fuentes municipales, a diario numerosas personas se colocaban a su alrededor para tomar el sol. Además, la localización de un parque infantil a escasos metros y el constante paso de los menores aconsejaron «de forma urgente» el traslado de la cruz, debido al lamentable estado de conservación y el peligro de caída.

No obstante, la asociación Abogados Cristianos denunció a Remolar por un presunto delito de prevaricación. La presidenta de la entidad, Polonia Castellanos, afirmó entonces que el munícipe «nunca contempló la posibilidad de restaurar la cruz, ni sustituirla, por lo que hay dudas de su intencionalidad». Unas declaraciones desmentidas por Remolar, que agradeció ayer a la parroquia y en especial a su rector José Luis Valdés, «la total predisposición y diálogo desde el primer minuto para hacer posible la restauración de la cruz».

Este periódico se puso en contacto ayer con la Fiscalía de Castellón, que informó a través del propio fiscal jefe, José Luis Cuesta, que la denuncia se archivó a principios de marzo, «al no apreciar indicios de delito».

Respecto a la restauración, durante los últimos meses realizaron el proceso de limpieza y de recuperación de la estructura en el interior de la piedra, dañada por las constantes filtraciones de agua, y procedieron al cambio y saneamiento de la columna metálica y a la unión de los fragmentos que conformaba el elemento religioso. En los últimos días, adecuaron el lugar para ubicar la cruz en la fachada principal del mausoleo de los párrocos locales, en el centro del camposanto.

«Hemos recuperado el monumento, además, ya no hay ningún riesgo para las personas y se ha situado en un punto estratégico donde todo el mundo puede presenciarlo», dijo Remolar.