Los técnicos municipales del Ayuntamiento de Burriana han recibido órdenes de acelerar los trámites para la nueva puesta en marcha del Mercat de la Mar. En este sentido, y pese a que todavía están reclamando documentación a los aspirantes a un puesto de venta en la playa, ya saben que han de priorizar los expedientes de los vendedores que resultarán agraciados con la adjudicación y dejar de lado el resto, con el fin de acortar al máximo los plazos.

No obstante, la reapertura de este espacio comercial, que se celebraba los domingos, cabría esperarla para mediados de septiembre, ya que en julio y agosto no se ha realizado ningún año.

Otro de los escollos que tendrá que salvar el consistorio burrianense antes de la reapertura es la gestión de las bolsas de plástico. Para ello, se han interesado por las políticas que realizan municipios valencianos e incluso de otras comunidades autónomas con el objetivo de encontrar la fórmula para no perjudicar el medio ambiente. Y es que en la localidad el problema se agrava por el hecho de que las paradas están en primera línea de playa, con lo que los desperdicios de plástico empujados por el viento acaban esparcidos por la arena e incluso, en algunos casos, el mar.

La solución no pasa por dejar de entregar los productos en bolsas de plástico, sino en los embalajes en que salen de fábrica las mercancías y llegan al punto de venta. Envoltorios que a menudo los vendedores abren en el mercadillo y acaban en el suelo.

RECOGIDA DE RESIDUOS // La edila de Comercio, Inma Carda, incluso ha llegado a ponerse en contacto con una empresa especializada en recogida de estos residuos en Barcelona, pero no hay ninguna decisión tomada, ni siquiera si se modificará la ordenanza para obligar a los vendedores a tener mucho más cuidado con los desperdicios bajo amenaza de sanción o expulsión del mercado.

Lo que parece claro es que instalar otra valla perimetral o elevar la existente podría paliar la problemática, pero en ningún caso erradicarla por completo. El conflicto de las bolsas de plástico que acaban en la playa es un rompecabezas a nivel ambiental que hay que solucionar, puesto que la coalición Compromís, socio de gobierno en el consistorio, está especialmente concienciada, y así lo puso de manifiesto en campaña electoral, hace un año. H