El capítulo de las exhibiciones taurinas de Burriana comenzó ayer, y lo hizo con sabor agridulce. La tarde arrancó con la lidia de Romano, un astado de la ganadería de Montalvo, astifino y con buenas arrancadas que lo dio todo sobre la arena. Luego llegó el turno al ejemplar patrocinado por la peña El Bou és lo de Menos. Era un ejemplar de Torreherberos, también de una bella estampa, y que hizo una fulgurante salida. Pero al tocar el asfalto y recibir el quiebro de un rodador se rompió la pata derecha y ahí se acabó la tarde. El animal fue devuelto rápidamente a los corrales y recibió un aplauso del respetable a pesar de los escasos minutos que estuvo en el ruedo.

Justo antes de que diese comienzo esta apertura, la Federació Taurina y también Interpenyes mostraron una pancarta en la que se podía leer Sí mig any fester, con la que mostraban su predisposición a incluir exhibiciones también en las fiestas patronales en honor a Sant Blai, una reivindicación en la que ya se viene trabajando desde hace varios años.

NOVEDAD / Por la mañana, la jornada había arrancado con una de las novedades de la programación de este año, el encierro campero. Un gran número de vecinos ocuparon por completo los dos puentes que cruzan el río, y por los que iba a pasar el recorrido. Pero el ritmo de paseo de los animales restó belleza a un acto que había levantado expectación. Después tuvo lugar un encierro de seis novillos de La Espuela.

Por otro lado, los alrededores de la plaza La Mercé acogieron una nueva edición del coent. Un típico embutido que ya tiene una marca registrada y que se puede consumir en dos modalidades, normal y picante. Una gran afluencia de vecinos y visitantes respaldó la cita. El día acabó con un embolado por la noche.