Nules ya está en fiestas. Así lo anunció la reina de las fiestas, Jessica Gozalbo, desde el balcón del Ayuntamiento en la popular Crida, que no será recordada por ser la más multitudinaria, ni tampoco la más cordial, porque entre los vítores de algunos y la alegría contagiosa de la música de charanga, también hubo pitos y abucheos en respuesta a los recortes presupuestarios anunciados pero, visto lo visto, no entendidos y aceptados por todos.

Podría decirse que la de ayer fue una Crida de luces y sombras, porque la euforia propia del primer día de las patronales de Sant Bartomeu estaba, aunque se echó en falta más ambiente y entre quienes asistieron, un nutrido grupo protestó por la decisión municipal de no financiar el alquiler de los escenarios para las discomóviles patrocinadas por las peñas, por falta de recursos.

Era un boicot anunciado. A nadie en el balcón consistorial le sorprendió lo sucedido, aunque tampoco nadie pudo evitar la tristeza de la reina, víctima indirecta de lo sucedido en uno de los actos más emotivos para las máximas representantes festivas de Nules. La disconformidad duró poco. En cuanto las mangueras comenzaron a remojar la plaza, los ánimos se relajaron.

PENSAR EN LO BUENO / El alcalde, David García, fue diplomático. Dijo entender que «la gente quiera manifestar su malestar». Recordó que las fiestas «suponen en muchos casos dejar lo malo de lado, son reencuentros, alegría, amigos de siempre que vuelven a juntarse por unos días. Espero que nos quedemos con eso».

No es la primera vez que pasa. Este ha sido un escenario de protesta otros años y, como siempre, ayer se inauguró un programa en el que, pese a todo, no faltarán los actos más tradicionales.