El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Burriana desestimó ayer jueves la petición de los propietarios de terrenos afectados por el PAI Golf Sant Gregori para aplicar una reducción del IBI urbano que están pagando por unas parcelas que, sin bien están afectadas por el proyecto urbanístico, en realidad aún siguen siendo huertos de naranjos o abandonados. Las tareas de urbanización no han empezado para un ambicioso proyecto que se presentó en el consistorio en el año 2000 y que hace más de un lustro que tiene la tramitación realizada y aprobada.

Los dueños se acogen a la ley del 2012 que permite rebajas de hasta el 95% para proyectos de especial interés mientras se ejecuta el PAI, pero la edila de Hacienda, Cristina Rius, defendió la negativa al no ver claro este punto.

Por otra parte, el pleno aprobó adherirse al plan Edificant de la Generalitat por el cual el Ayuntamiento gestionará una intervención en el 2018 en el edificio en el que se desarrolla la actividad educativa del IES Jaume I. El Ayuntamiento licitará el diseño y la financiación será del Consell.