Morella celebró, ayer, la jornada central en honor al patrón de los animales. En esta edición, y ante la falta de mayoral, fue la cofradía de agricultores y ganaderos Sant Antoni Abad la que se encargó de organizar los festejos y preservar la tradición.

La programación fue completa e intensa. Por la mañana, los actos religiosos tuvieron protagonismo con la procesión y la misa en honor al santo. A mediodía, la casa cofradía quedó pequeña con el reparto del panoli, que son los dulces típicos de la celebración.

Por la tarde, llegaron los actos más distendidos y divertidos con las representaciones más costumbristas. Se trata de la sembra, la llaurà y el mondongo, que escenifican las labores en el campo y los quehaceres necesarios en una matanza para preparar embutidos.

EL CONTRABANDO / También desfiló El contrabando provocando los momentos más hilarantes. Se trata de una obra teatral que emula la lucha entre el cuerpo de carabineros y los contrabandistas en tiempos del estraperlo. Los primeros, con los caballos equipados con alforjas llenas, hacen negocios al margen de la ley. Detrás, los carabineros tratan de darles caza para detenerles. Tras un encuentro en el que los delincuentes consiguen burlar a la autoridad, el cuerpo armado logra detenerlos y ajusticiarlos en pelotón de fusilamiento frente a la pared de la casa cofradía.