Los ganaderos de Els Ports afrontan el inicio de la temporada de crianza con una mayor preocupación por los ataques de los buitres. De hecho, como informó ayer Mediterráneo, la reintroducción del quebrantahuesos que estudia el Consell en la zona de la Tinença redobla su indignación. «Llevamos muchos años quejándonos de los problemas con los carroñeros y se les ocurre traernos más y de otra especie, ¿qué será lo próximo? ¿Nos pondrán lobos también?», lamenta Joan Boix, responsable de la masía Torre Miro, en el término de Morella.

El caso no es nuevo. La incompatibilidad de estas aves con el ganado es una constante desde hace décadas. «El origen está en que tenemos prohibido, a raíz de los episodios de vacas locas registrados en el año 2000, dejar los animales que mueren en el campo», explica Boix, quien añade que «los buitres son carroñeros y antes no atacaban a los ejemplares vivos, pero en la actualidad no tienen suficiente comida».

AL ACECHO

El asunto se acentúa. Con las vacas y ovejas sueltas en las pasturas, los propietarios no pueden perder de vista el rebaño. «Lo teníamos en el campo, había una oveja de parto y empezaron a llegar los buitres. Estaban merodeando sobre los ejemplares cuando los vimos, los espantamos y, por suerte, pudimos ayudarla, pero volvieron para comerse la placenta. Si tardamos más en llegar, no hubiera habido nada que hacer», relata Joel Pascual, de la masía Agustino.

Otro de los damnificados, Blas Buig, de la masía El Noto, lamenta la reintegración del quebrantahuesos. «Una de mis ovejas había parido dos corderos, el tercero venía cruzado y le costaba mucho salir y, si no llego a estar muy cerca, hubiese sido carne para estas aves. Solamente nos falta que traigan más», critica.

Por ello, los afectados proponen aumentar los muladares. «El problema es de alimentación. Si quieren mantener el número actual de ejemplares hay que ampliar los comederos para que no recurran a los ataques», apunta Boix. En esta misma línea, otra de las medidas que proponen es la reducción de la población actual. «La situación es insostenible, es necesario rebajar su número y establecer un control efectivo de la misma», señala Pascual.

El programa para reintroducir el quebrantahuesos en la zona del Maestrat se inserta en el protocolo general entre el Ministerio y las comunidades autónomas para restablecer la distribución histórica de esta especie, actualmente recluida en el Pirineo, a la que la Generalitat valenciana se adhirió en el año 2016.