La décima edición de la Fira de la Cirera de la Salzadella quedó clausurada al final de la tarde de ayer, tras sufrir la lluvia en las primeras horas. Un hecho que afectó a la afluencia de visitantes matinales, aunque apenas hubo cancelaciones de actos previstos, ya que citas como el concurso de repostería y una charla sobre las propiedades de esta fruta, por la nutricionista Isabel Blasco, se trasladaron al Museu de la Cirera.

El concejal de Fiestas, Edgar Gallego, indicó que las expectativas de ventas «pudieron cumplirse a pesar del mal tiempo, y prácticamente se terminaron los 20.000 kilos de producto que se habían calculado desde la cooperativa local; de hecho algunos puestos cerraron antes del fin de la feria al quedarse sin existencias». Respecto a la afluencia de visitantes «afectó el agua, y en el conjunto de los dos días tuvimos unas 4.500 personas», añadió.

AUTOBUSES / Como nota positiva, los autobuses llegados desde otros puntos de la Comunitat «mantuvieron sus planes, y desde los bares y restaurantes nos indicaron que las anulaciones de reservas fueron escasas».

La lluvia paró a partir de las 12.30 horas, y el movimiento en la calle recobró su ritmo habitual. Entre las propuestas programadas, hubo una exhibición de batucada a cargo del grupo Esmuvi, y también una conferencia a cargo de Roberto Fabregat, nieto de uno de los supervivientes de los últimos de Filipinas.