Vilafranca cerró ayer la 40ª edición del Aplec dels Ports con la vista puesta en el próximo año, cuando la rueda del encuentro comarcal llegará a Herbers. Ayer, en la clausura, se esperaba el relevo oficial pero, finalmente, se optó por no hacerlo, ya que el posible pueblo anfitrión anunció que decidirán ser o no sede de la fiesta en una asamblea, la cual tendrá lugar a mediados de agosto. Las primeras estimaciones es que aceptarán el reto, ya que la juventud de la pequeña localidad mostró su predisposición para sacar adelante la celebración. Al mismo tiempo, quieren confirmar el apoyo de los vecinos, ya que ser marco del Aplec requiere la máxima colaboración.

El último día del Aplec vilafranquino sirvió para hacer balance. Entre las notas destacadas ha estado la asistencia de miles de personas durante los cuatro días del evento. «Agradecemos la colaboración de toda la gente que ha venido y a los voluntarios que han hecho posible este Aplec», apuntó la presidenta de la comisión organizadora, Zaira Fabregat.

Tras jornadas cargadas de actividades, fiesta y reivindicación, ayer por la tarde llegó el turno de Pep Gimeno El Botifarra, quien puso el broche de oro a la programación. Los últimos conciertos fueron a cargo de Ebri Knight y Alimanya.

La noche anterior tuvo como gran reclamo para los asistentes las actuaciones de Zoo y Xavi Sarrià. No faltaron tampoco las actividades para los niños, con juegos tradicionales, y las actuaciones de Nandet y The Troupers Circ.