Con el único propósito de que los homenajes es mejor dispensarlos en vida, la comisión de las fiestas patronales de Sant Vicent asumió como propio el reconocimiento que ayer se dispensó a Emilio Callau Benedito Ventura, uno de los fundadores de esta asociación y un hombre que «ha estado al servicio de la fiesta más de 40 años», como destacó ayer Manolo Callau, uno de sus hijos.

Suya es la excavadora que preside desde hace casi 50 años --en 2020 se cumplirá el medio siglo-- la placeta del patrón durante los actos taurinos. Este vehículo no tiene otra utilidad que la de ayudar en los festejos. Y para alguien tan vinculado con el apartado taurino del programa, no podía haber mejor tributo que dedicarle un toro.

PREFERENCIAS / Y no podía ser cualquier ganadería. Su familia escogió su hierro predilecto, el de Vegahermosa, y mantuvo en secreto la elección hasta que todo estaba cerrado, allá por el mes de enero. Según su hijo, recibió la noticia del tributo que le habían preparado «con mucha emoción, ya que apenas dijo nada».

Su mayor preocupación fue que pudieran sufragar los gastos que suponía la adquisición de un ejemplar de esta casta, conocedor como es desde siempre de cómo se maneja este negocio. «Pero dada su relación personal con mi padre, no dudaron hacernos un precio que asumimos».

En cuanto a las razones, para los suyos es suficiente con que haya conservado la salud para poder protagonizar un momento así. Y es que las de este año están siendo unas fiestas de Sant Vicent cargadas de emociones por muchos motivos. Así se constató ayer cuando, en medio de la plaza, Emilio Ventura recibió la ovación de sus vecinos y de los aficionados que querían asistir a la última jornada taurina del programa. Y todavía le esperaba otra sorpresa, un cuadro con un recopilatorio de fotografías con su contribución a las patronales.

El del homenaje no fue el único toro. A continuación, se lidió uno de Santa Teresa, patrocinado por la peña El Tacaet, y se emboló un ejemplar de Cayetano Muñoz, que sustituyó en última instancia al de Fernando Sampedro.