L’Alcora vivió ayer su día grande del Cristo, pero con un público asistente muy reducido por la pandemia del coronavirus.

La principal novedad, debido a esta circunstancia excepcional, fue el acto que arrancó a las 21.00 horas en el que se sacó la imagen a la explanada del calvario y se colocó frente a la población, ya que no estaba permitido que los vecinos entraran a besar sus pies.

Un momento emocionante, puesto que la imagen llevaba desde el 2001 sin salir del calvario, desde que la procesión del Cristo celebró el 300º aniversario.

El acto solo contó con la presencia, en representación de la población y la parroquia, del consejo de pastoral parroquial y la corporación municipal, y transcurrió de una manera sencilla pero solemne a la vez. Estuvo animado por la dolçaina y tabal, el coro parroquial y su organista, y con la presencia de sacerdotes del pueblo y otros que no suelen faltar.

Y giró en torno a oraciones y rezos pidiendo el final de la pandemia y cantando, además, los gozos dedicados al Cristo. Asimismo, se animó desde la parroquia a todos los vecinos a que se unieran desde los hogares a la oración, plegaria y acción de gracias en un día grande y ante la imagen del Cristo.

La parroquia Nuestra Señora de la Asunción, en colaboración con el Ayuntamiento, organizó actos por la festividad del Santísimo Cristo del Calvario por cuyo honor se celebran las fiestas principales del municipio y que este año se limitan a los religiosos. La jornada arrancó con una misa con el aforo permitido de 165 personas. Y no se pudo celebrar la multitudinaria procesión en la que participan unas 7.000 personas.