Si hay un artículo que ha ganado fuerza las últimas semanas y meses de pandemia, ese ha sido sin duda las mascarillas, acompañada por los guantes. Con el fin de resguardarse del coronavirus son afortunadamente mayoría quienes usan estos sistemas de protección, aunque en algunos casos los ciudadanos, por despiste o incivismo, los arrojan al suelo tras su uso. En el Ayuntamiento de Alcalà y Alcossebre confían en que no se repitan este tipo de comportamientos y con ese ánimo han hecho públicas varias imágenes de estos residuos. Selene Blázquez, concejala de Policía de la localidad, advierte que este hecho “en primer lugar da mala sensación y además puede ser un foco de contagio porque cuando alguien lo tira, otro tiene que ir a recogerlo y se expone a un posible contagio. Por suerte no es habitual, pero esperamos que se utilicen papeleras y contenedores para este propósito".

Son varias las localidades que hasta ahora han implantado severas multas para castigar esta práctica, aunque Blázquez aclara que por el momento no se plantean esta acción más severa: “Por ahora lo que pretendemos es hacer responsable a la gente, no queremos ir como vigilantes detrás para sancionar, aunque en Alcossebre la población pasa de 3.000 habitantes en invierno a unos picos de 70.000 en verano, así que extremaremos las precauciones”.

La concejala de esta localidad del Baix Maestrat espera que con este tipo de publicaciones “se conciencie la gente porque la gente no está acostumbrada a los guantes y las mascarillas, y cuando salen de las tiendas estamos viendo que en demasiadas ocasiones las dejan caer al suelo involuntariamente”.

Hay que recordar que la pandemia ha extendido el uso del cubrebocas, haciéndolo incluso obligatorio en recintos cerrados o cuando no sea posible mantener la distancia de seguridad, y esta práctica incívica ya está siendo castigada con importantes sanciones en varias localidades. Así, en Roma las multas ascienden a 500 euros si te pillan lanzando al suelo las mascarillas usadas, mientras que en Archana (Murcia), las sanciones pueden llegar a los 2.500 euros. No tan elevadas son las de Cádiz (750 euros), o Burgos (600).