El boom inmobiliario de Moncofa provocó hace más de una década una masiva compra de terrenos y el abandono de campos de cultivo para formar parte de futuros desarrollos urbanísticos. La crisis frenó en seco estas expectativas y ahora empieza a darse el fenómeno inverso. La cooperativa de exportación Soex-2 está inmersa en un proyecto de recuperación de terrenos abandonados propiedad de los socios, que cuenta con fondos europeos y propios de la misma entidad. Estas superficies de ida y vuelta se encuentran en las partidas de Molsars, l’Alqueria y Carrasques.

El presidente de Soex-2, Manolo Torres, explica que este plan lo iniciaron «por dos líneas primordiales». «En primer lugar, buscar la solución para reactivar estas extensiones, y luego pensamos en el futuro de la cooperativa, en vistas a que no descienda su producción anual», argumenta.

La recuperación ya se da en cerca de 200 hanegadas, con variedades citrícolas acordes al calendario de la temporada. «Por este motivo decidimos plantar la variedad de clemenriber, muy parecida a la rufatina, cuya recolección comienza a mitad de octubre con la previsión de cerca de 500.000 kilos. Y una vez acabe será el tiempo de la clemenules, que es la que más tiene la cooperativa», según explica Torres.

FUNCIONAMIENTO / El proyecto consiste en que la inversión la hace la compañía, recuperando terrenos. «El socio dona los campos para 15 años y pasado ese tiempo podrá recuperarlos o seguir con la cesión. Se supone que durante este plazo la inversión estará recuperada; el socio no tendrá que pagar nada», detalla. Sí que tendría que abonar gastos si quiere recuperar la finca antes de ese tiempo, «ya que cada huerto tiene su propia contabilidad», destaca el presidente de Soex-2.

Dentro de este operativo hay también un espacio para un cultivo que no está relacionado con las naranjas. 25 hanegadas tendrán plantación de granadas.