Sant Joan de Moró celebró ayer la festividad de Sant Antoni en el Mas d’Avall. Y lo hizo con el reparto de 600 rollos, que fueron patrocinados por el consistorio, en lo que es una tradición recuperada por las familias Mundina, Gozalbo, Alejandro y Barberá.

No obstante, la jornada tuvo un marcado tinte religioso. Por la tarde, antes de caer el sol, se consagró la eucaristía en honor del santo, oficiada por el párroco Julián Sáez. Acto seguido se realizó la bendición de las típicas pastas, en la que participaron centenares de vecinos de toda la comarca.

La procesión de retorno, desde el enclave natural, y el reparto de los rollos, siempre acompañados con un vaso de vino, cerró la programación festiva, que este año ha tenido un acento más gastronómico. Así, los asistentes pudieron participar en una cata de embutidos y figues albardaes. La corporación municipal, con el alcalde, Vicente Pallarés, al frente, también asistió a esta celebración nuevamente arraigada.

DESDE EL 2003 // Ahora hace 13 años que varias familias descendientes de la masía reconstruyeron, con la ayuda del Ayuntamiento de Sant Joan de Moró y varios colaboradores privados, una pequeña ermita dedicada a Sant Antoni, recuperando así la tradición después de más de 40 años sin celebrarse. H