Tras la puesta en marcha de la desaladora en Orpesa, el Ayuntamiento modificará la ordenanza que regula el precio del agua, lo que se traducirá en un «ligero aumento» del recibo del consumo hídrico que, según recalcan fuentes municipales, no superará los cinco euros al mes. «La subida en la factura no es demasiado alta si tenemos en cuenta que los vecinos ya no tienen que comprar agua embotellada, lo que supone un ahorro para ellos», reivindicó la alcaldesa, María Jiménez.

Según defendió la primera edila, el servicio del que ahora dispone la localidad ayuda a mejorar la vida útil de los electrodomésticos y ya no hace necesaria la instalación de descalcificadores. «Este aspecto supone un ahorro en este tipo de productos en torno al 80%, al mismo tiempo que contribuye a la protección del medio ambiente», explicó Jiménez.

Todas esas ventajas son debidas a que el agua de la desaladora contiene menos sales minerales disueltas, lo que la convierte en un agua blanda que tiene, además, gran eficacia en la prevención de oxidaciones y evita, a su vez, las calcificaciones en baldosas y azulejos, así como en los rociadores y platos de ducha.

Desde el consistorio también subrayaron que las propiedades de este líquido contribuyen al crecimiento de las plantas y es beneficioso para los animales. Además, su uso mejora el sabor de los alimentos y las bebidas, y proporciona una piel suave después del baño, explicaron.