El agua desalada empezó a llegar el viernes a las casas de Orpesa. El suministro, desde la planta desaladora de este municipio y Cabanes, se inició de forma progresiva, comenzando en la zona norte, de la playa de les Amplàries, y continuó llegando al casco urbano de la localidad por la tarde, según informó la alcaldesa, María Jiménez.

Tanto ella como la primera teniente de alcalde visitaron las instalaciones y pudieron comprobar la calidad que tendrá el agua, cuando el abastecimiento sea 100% aportado por esta infraestructura. Y es que durante estas primeras semanas la que llegará a los vecinos estará mezclada con la de los pozos.

Actualmente, la ciudad cuenta con un bastidor en funcionamiento y, según las previsiones, será dentro de aproximadamente un mes cuando dispongan de los permisos necesarios para que la planta funcione a plena capacidad y rendimiento. Un hecho que se producirá cuando Acuamed obtenga la correspondiente autorización de la Generalitat valenciana para tener en marcha todos los bastidores.

Según aclara la primera edila, «la Conselleria tiene que dar permiso a la compañía para realizar los vertidos pertinentes cuando se pongan en marcha los tres bastidores», que son los que necesitan que «estén en funcionamiento para recibir la cantidad de agua» que precisan «en las épocas de mayor afluencia, como es el verano».

Modificación necesaria

El agua desalada llega a Orpesa tras modificar el convenio con la empresa en el último pleno extraordinario. Durante esta sesión, Jiménez argumentó la importancia de arrancar esta instalación, ya que la localidad tiene actualmente un problema de cantidad, debido a que la población se multiplica en algunos periodos del año, y también de calidad del agua. Y es que, además, las últimas analíticas no están saliendo bien y es necesario activar la desalada ante el hipotético caso de que declararan la del consumo actual como no potable.