El obispo de la diócesis de Segorbe-Castellón, Casimiro López Llorente, presidió en la tarde de ayer la ceremonia eucarística de reparación, desagravio y perdón por el acto sacrílego cometido el pasado lunes con las formas consagradas de la iglesia parroquial de Caudiel. Fueron esparcidas por desconocidos que asaltaron y robaron en el interior del templo.

La misa, concelebrada por una docena de sacerdotes, fue seguida por numeroso público, que llenó por completo el templo de San Juan Bautista. Entre los asistentes destacó la presencia del alcalde de la localidad, Antonio Martínez; y la diputada provincial del distrito de Viver, Nieves Martínez, entre otras autoridades.

PRECEDENTES / El prelado recordó en el transcurso de su homilía los actos similares que se vienen cometiendo en otros espacios de culto pertenecientes al obispado. Uno de los más destacados fue el ocurrido en el templo de Sant Pasqual de Vila-real, y también en la iglesia de Costur. En este segundo caso se sumó el agravante de que los infractores se llevaron las formas consagradas, por lo que la autoridad religiosa preguntó por el uso que les darían los ladrones, citando la posibilidad de que pudieran utilizarse para algún culto demoníaco.

Al final de esta misa, López Llorente colocó la forma en una custodia y, tras su consagración se repuso en el sagrario, a los pies de la hornacina que guarda la Virgen del Niño Perdido, patrona de la localidad. Los vecinos esperan que nunca más vuelva a suceder una acción parecida.