Decenas de peñiscolanos consultaron de forma compulsiva durante toda la semana las previsiones meteorológicas, ante el temor de que uno de los días más esperados del año, el de la romería de Sant Antoni, se viera afectado por fuertes lluvias. Finalmente, estos malos vaticinios no se cumplieron, y el recinto de la ermita contó una vez más con una gran participación.

Como manda la costumbre, el domingo siguiente a la Pascua es el momento de honrar a este santo en su ermita, situada en pleno entorno de la Serra d’Irta. Buena parte de los asistentes recorrió a pie los cinco kilómetros que la separan del casco urbano.

La jornada comenzó con la misa matinal en la parroquia de Santa María, para que después las mujeres llevaran la peana a su destino. Una vez allí, arrancó la eucaristía mayor en una abarrotada capilla, y acto seguido vino uno de los momentos más esperados, con la bendición del término municipal. A partir de ese instante tomó el relevo la vertiente más lúdica, con el baile en la plaza y el reparto de la paella.

OBRAS // Este 2018 se cumplen 45 años desde la puesta en marcha de la Asociación Pro-Restauración de la Ermita, que a lo largo de todo este tiempo ha velado por recuperar un espacio que presentaba un estado ruinoso. La principal actuación de este año ha sido la mejora de parte de la cubierta del edificio, seguida de un repintado por todo el exterior.